El pionero, al menos en cuanto se refiere a edición profesional, de la literatura zombi en España nos entrega la segunda, y confiamos en que, como poco, penùltima, entrega de su Apocalipsis Z, que continùa con la historia de un pequeño grupo de supervivientes allí lo dejó la primera parte.
Asì, la huìda de los protagonistas hasta un aparente reducto de civilización en las islas Canarias sirve a Loureiro para imaginar la vida después de la infección (que claro està, no es fàcil), ademàs de para -en mi opinión, un arranque de genialidad- introducir unas ciertas dosis de distopía política en nuestro futuro próximo a cuenta de los temibles y temidos Froilos.
Por lo demàs, la trama mantiene una magnìfica tensiòn en todo momento, con la alternancia de distintos segmentos narrativos, sin duda alentada por la habilidad forense del autor, que brilla en su capacidad para resumir la primera novela en las diez pàginas iniciales de la que ahora nos ocupa, y deslumbra en la elección de las siglas del Tribunal Superior de Justicia para designar al virus que està transformando en zombis a los muertos.
Por supuesto, esperamos la tercera parte con ilusión, porque a pesar de la horda de títulos de temàtica zombie que campa por las librerìas, Loureiro y los protagonistas de sus historias ya han infectado nuestro sistema.